La entrada de Bulgaria en la UE en el año 2007 marca un punto de inflexión en el crecimiento y la mejora de la estabilidad en el país para afrontar sus dificultades, a saber, el retraso en el sector agrícola, la corrupción y un escaso control financiero. Estos factores no ha impedido un continuado crecimiento económico, descenso del desempleo y una cada vez mayor inversión extranjera, facilitando la convergencia con los países de la UE.
El mayor potencial para empresas en Bulgaria son las infraestructuras, el turismo balneológico, construcción, agricultura y salud pública, todos ellos por desarrollar. A parte de estos, los sectores de mayor desarrollo en los últimos años y que mayor número de empresas extranjeras atraen son la promoción inmobiliaria, la subcontratación industrial tanto de bienes de consumo (textil, calzado) como de bienes industriales (componentes eléctricos, partes de máquinas) y servicios (entre ellos banca, servicios financieros, distribución comercial y turismo y servicios relacionados como la gestión hotelera).
En cuanto a la energía, la necesidad de Bulgaria de diversificar su suministro de gas la ha llevado a apoyar el proyecto Nabucco, la construcción de un gaseoducto transfronterizo desde Irán y Azerbayán a través de Turquía y hasta Bulgaria, para así evitar la dependencia de las fuentes de suministro rusas a través de Ucrania.
Las tensiones entre Bulgaria y su vecino Turquía de finales de los años 80 no empañan el hecho de que ambos países se encuentren en el mejor momento de relación de los últimos 30 años, con relaciones comerciales y económicas muy activas. Turquía ocupa el puesto número 19 en la lista de países inversores en Bulgaria, siendo el primero en cuanto a número de empresas.